Fin a la racha histórica de derrotas de Lakers
En el regreso de Gasol, los angelinos vencieron 101-92 a Boston y rompieron una racha de 8 derrotas consecutivas en casa.
Tras ocho derrotas consecutivas en casa, récord histórico de la franquicia, los Lakers sonrieron en el clásico de la NBA frente a los Boston Celtics (101-92), la noche que vio el regreso de Pau Gasol tras su lesión y el excelente debut de Kent Bazemore y MarShon Brooks.
Gasol, que no disputó el último cuarto al igual que el resto de los titulares, firmó 16 puntos y 7 rebotes en 22 minutos. Era su primer partido desde el 31 de enero, tiempo en el que estuvo alejado de las pistas por molestias en la ingle.
El triunfo local, no obstante, llegó de la mano de los debutantes Bazemore (15 tantos) y Brooks (14 tantos), cuya capacidad física marcó la diferencia en el duelo. Jeff Green fue el mejor de los Celtics con 21 puntos, en tanto que Brandon Bass añadió 20 tantos y 8 rebotes.
Los Lakers mantienen las bajas de Kobe Bryant, Steve Nash, Nick Young y Xavier Henry. Bryant sigue con molestias en su rodilla y seguirá de baja al menos tres semanas más, según informó el club.
El choque entre las históricas franquicias adquirió un tono verde en su arranque. Los 11 primeros puntos de Boston fueron cortesía de Green, líder de unos Celtics que, gracias a su velocidad y juego en equipo, eclipsaron el sólido inicio de Gasol, muy activo en todas las facetas del juego aunque algo fuera de ritmo.
Los de Brad Stevens adquirieron una renta de 9 puntos tras un triple de Rajon Rondo y mantuvieron esa ventaja al término del primer cuarto (19-28) aprovechando la pobre inspiración de su rival de cara al aro (7/20 en tiros).
Los angelinos, apoyados en la clase de Chris Kaman en la pintura y la frescura y energía -cualidades muy necesitadas por los californianos- del recién llegado Bazemore, reaccionaron con un parcial de 9-0 y lograron atar en corto a su contrincante llegados al descanso (44-46).
La intensidad de Jodie Meeks resultó vital para que los Lakers se mantuvieran a flote a pesar del magnífico trabajo de Green -el único jugador de Boston realmente acertado desde el perímetro- y Bass, cuya actividad se hacía notar en todos los aspectos del juego.
Los locales, a pesar del sólido trabajo de Gasol, no supieron aprovechar la cuarta falta cometida por Green a mediados del tercer periodo y cayeron en picado (59-72) tras un parcial de 2-12 en donde la defensa local, como viene siendo costumbre esta temporada, hacía aguas.
Cuando peor pintaban las cosas para los de Mike D'Antoni, emergió Brooks, el otro rostro nuevo en las filas de los de púrpura y oro, cuyo empuje e intensidad -también en la parcela defensiva- lograron dar la vuelta al choque y dar a los suyos la primera ventaja del partido (78-77) a falta de 8 minutos para el final.
Los Celtics se diluyeron hundidos en sus propias pérdidas de balón, mientras Jordan Hill repartía tapones a diestro y siniestro y Jordan Farmar despertaba de su letargo (92-83). El banquillo angelino salvaba los muebles y D'Antoni depositó su confianza en ellos hasta el final.
Respondieron. Bazemore y Brooks se confirmaron como la sorpresa de la velada y los californianos se reencontraron con la victoria en casa por primera vez desde el 3 de enero.